el sitio se encuentra a unos 800 metros de este punto, caminando lo primero que ves es es un pedazo de ruinas, cuadrado, de unos 30 X 30 metros, completamente rodeado de casa por tres de sus lados y una calle enfrente, francamente decepcionado al pensar que eso era todo ya que mas adelante no se veía nada estaba a punto de regresar pero como preguntando se llega, me dijeron que mas adelante estaban, al llegar lo que uno ve primero es un enjambre de puestos para turistas que gustan de comprar, ropa, mezcal, recuerditos y demás, de ahí te pasas a las ruinas y todo en si no consta sino de un par de edificios mas o menos enteros, quizás lo mas sobresaliente sea que se utilizo por los frailes las edificaciones que había para usar sus piedras y enfrente de esas ruinas esta un templo a medio construir en la parte superior de otra de las casi pirámides, digo casi pirámides ya que no me he encontrado ninguna que sea completa, todas están como si solo fueran la base o les faltaron materiales para terminarlas, si bien es cierto que la mayoría son de mucho menor tamaño que las vistas en Yucatán, como son pequeñas las ruinas me fui a dar la vuelta por el pueblo y terminé metiéndome en una fábrica artesanal de mezcal, donde el señor que estaba preparándolo me dio la expoliación de como lo hacían, por lo pronto ya que esta cortada la penca del maguey se mete a hornear durante 10 días, de ahí ya sale cocida, es muy dura para cocer y por eso se lleva tanto tiempo, cuando sale se parece a la calabaza cocida, solo que mucho mas dura, para poder trabajarla hay que cortarla a machetazo limpio, hasta dejar pedazos del tamaño de medio melón, una vez que se ha hecho esto se ata una caballo a una piedra circular que es la que se encarga de trituralo hasta sacarle todo el jugo
se deja reposar el extracto durante tres semanas y después se alimenta el alambique de donde se extrae el mezcal, como quien dice tarda un mes cuando se hace en forma artesanal, mientras que en las fabricas en serie sale el mismo día, mucha diferencia, pero el sabor y la calidad es mejor cuando es artesanal, después de algunas probaditas a diferentes tipos de mezcal con frutas salí con una botella de crema de mezcal con maracuyá, una fruta de origen brasileño que ya se está cultivando en el estado, es algo fuerte pero sabe rico.
Mi siguiente parada fue en la población de Tule, famosa por un árbol milenario y por ser el mayor de su especie, solo que antes de llegar a donde estaba el árbol paré en un lienzo charro donde había fiesta y resulto ser parte de la guelaguetza, presencié algunos bailables y de pilón me compré un sombrero de palma de 10 pesos, una vecina me regaló un abanico hecho de palma ya que le tocó la suerte de atrapar 2 de los que tiraban hacia los palcos, de ahí al árbol,
Después directo a Oaxaca y llegue cuando estaba lloviendo, para variar, ya veremos que pasa mañana, si el sol brilla todo el día o hay que madrugar para aprovechar el tiempo.
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